El desarrollo del Festival de Cine Ojo de Pescado nos permitió constatar tempranamente la importancia de que niños, niñas, jóvenes y educadores se aproximen al cine y las artes audiovisuales, no sólo viendo y apreciando el cine sino que acercándose a este medio creativo desde el hacer. ¿Cómo? Creando sus propios contenidos audiovisuales, promoviendo la pedagogía vivencial o de “aprender haciendo” y permitiendo la comprensión -desde dentro- respecto al complejo y virtuoso arte cinematográfico.
Por eso, desde 2015 recorremos Chile realizando talleres de cine en escuelas, espacios culturales y comunitarios: para acercar el arte cinematográfico a la infancia y juventud y, así, contribuir a dar garantía a sus derechos fundamentales relativos a la educación, comunicación y participación en la cultura y las artes.
En este proceso, nuestro foco han sido las escuelas y liceos públicos, decisión que no fue al azar pues en estos establecimientos educacionales estudian la mayoría de nuestros niños, niñas y jóvenes, en un ambiente diverso que no discrimina su condición física, social, económica, cultural o geográfica, y cuyas comunidades educativas además valoran con entusiasmo el cine y las artes audiovisuales como soportes creativos que aportan nuevas dinámicas a sus procesos de aprendizaje-enseñanza, en un proceso del que también han sido parte profesores y profesoras de muchos lugares de Chile.
Hemos recorrido desde el desierto al extremo austral, atravesando islas y montañas, mar y cordillera. Hemos impartido talleres en ciudades urbanas y pueblos rurales. Hemos conocido distintas realidades como la migración, los desastres naturales, la vulnerabilidad social y el aislamiento geográfico.
Por eso, hoy tenemos una visión única del poderoso aporte que el cine y audiovisual tiene en niños, niñas y jóvenes y, por eso, seguiremos viajando para llegar, algún día, a todas las escuelas y liceos de nuestro país.