Las mujeres que protagonizan la escena nacional a nivel cultural

Publicada el 08-03-2020

En el marco de la Conmemoración del Día Internacional de la Mujer, la periodista Paola Toledo de El Mercurio de Valparaíso destacó -entre otras- a la directora de Ojo de Pescado como una de las manos femeninas en puestos de importancia en las artes.

En una nueva conmemoración del Día Internacional de la Mujer es necesario realizar un balance de la situación que vive el 51% del país en materia laboral. Sabido es que el camino que recorren las féminas para alcanzar cargos de liderazgo y avanzar en sus carreras profesionales se ve obstaculizado por más factores que el de sus pares masculinos, como son el prejuicio en cuanto a sus habilidades y la situación reproductiva dependiendo de la edad.

Esta bajada se refleja en las cifras presentadas por la ministra de la Mujer y la Equidad de género, Isabel Plá, en “Radiografía de la mujer en la última década”, que asegura que si bien el estado de participación laboral femenina aumentó en un 4,6% desde 2010, la brecha salarial entre géneros llegaba al 27% en 2018.

El principal avance en términos de representación de las mujeres, al menos en el servicio público, se puede apreciar en la composición actual del Congreso, cuyo porcentaje de senadoras aumentó en un 9,6% del año 2009 hasta el 2017, mientras   que en el caso de las diputadas la variación positiva fue de un 8,5% en el mismo periodo. A esto se le suma que dentro del Sistema de Empresas Públicas (SEP), el 48% de los directorios están conformados pormujeres.

Mujeres al ministerio

Pero quizás donde más se nota la presencia femenina en puestos de poder sea en el ámbito de la Cultura. Desde su puesta en marcha en 2018, el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio ha tenido a la cabeza a dos mujeres: Alejandra Pérez Lecaros y Consuelo Valdés Chadwick, quien ostenta el cargo en la actualidad.

Hasta su nombramiento, se desempeñaba como directora ejecutiva del Museo Interactivo Mirador, pero su trayectoria no empezó ahí. De profesión arqueóloga con máster en Estudios Latinoamericanos mención Antropología, fue subdirectora del Departamento Académico del Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas, creó la Casa Museo Eduardo Frei Montalva y fue consejera del CNTV de 2002 a 2010, entre otros logros.

A pesar de esto, los tres sectoriales dependientes de la Subsecretaría de las Culturas y las Artes -es decir, del Libro y la Lectura, Arte e Industria Audiovisual, y Fomento a la Música Nacional- son dirigidos sólo por hombres.

Sin embargo, el panorama mejora a nivel regional, pues la prevalencia es femenina en los cargos de Seremi. Es así como a nivel local es Constance Harvey la que ejerce el cargo. Esta licenciada en Artes de la Universidad Católica de Temuco a lo largo de su trayectoria ha sido docente en la carrera de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Chile y durante ocho años fue directora del Teatro Municipal de Temuco.

“Cultura es un espacio donde se vive la creatividad, la diversidad y también donde confluyen las ideas, y en eso las mujeres nos destacamos bastante”, comenta la Seremi. Respecto a la importancia de la participación femenina en cargos de liderazgo en cultura, dice que “como tenemos una experiencia de vida muy diferente a la de los hombres, algunas podemos complementar los espacios de trabajo incorporando habilidades blandas que propician el diálogo”.

A su vez, reflexiona en torno a la forma en que algunas mujeres optan por disputar opciones laborales: “Pienso que es un error que muchas mujeres intenten masculinizarse para abrirse lugar en espacios de poder, donde mayoritariamente

hay hombres, ya que nosotras tenemos capacidades suficientes para poder desenvolvernos en cualquier contexto. Eso ha quedado en evidencia en que

muchas veces en las soluciones a conflictos importa no sólo la búsqueda de la solución, sino que también la forma como se llega a ella”.

A Harvey se le suman en las secretarias regionales de las Culturas Laura Díaz en Tarapacá; Gloria Valdés y María Cecilia Simunovic en Antofagasta y Atacama, respectivamente. Lucía Muñoz ejecuta el rol en O’Higgins, María Pilar Soler en el Maule, y María Soledad Castro hace lo propio en Ñuble. El listado lo completan Carolina Tapia en Biobío, Paulina Concha en Los Lagos, Margarita Ossa en Aysén, Katherine Ibacache en Magallanes y Alejandra Novoa en la Metropolitana. A su vez, otra mujer en un puesto importante es la subdirectora del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, Loredana Rosso, quien es arquitecta y ex directora del Museo de Historia Natural de Valparaíso.

Más que musas

Los museos, precisamente, son espacios con gran presencia femenina. Si bien ésta, en sus inicios, era en el rol de musas de los artistas más destacados de la historia, hoy toman un rol protagónico comocreadoras y también como sus encargadas.

De los ocho recintos que conforman la Red ViVa de Museos, cinco son dirigidos por mujeres. Ahí están el de Artes Decorativas – Palacio Rioja, que cuenta con la coordinación de Paula Araya, y el de Arqueología e Historia Francisco Fonck tiene como administradora a Elisa Figueroa Cox.

Se le suma el Museo Mirador de Lukas, que está a cargo de la arquitecta Javiera Cádiz, quien ha colaborado en diferentes instituciones como la Universidad de Valparaíso y de Chile, el Museo Fonck, entre otras. Así como el Histórico de Placilla, el cual está dirigido por Pamela Fuentes Pradenas desde hace casi ocho años. Se trata de una socióloga con una vasta especialización con títulos como el máster en Historia y Gestión del Patrimonio Cultural, Historia del Arte y Bellas Artes de la Universidad de Los Andes.

El último del listado es el Artequin de Viña del Mar, el que se dedica a educar a niños y niñas en la historia del arte. Su directora ejecutiva, Macarena Ruíz, es diseñadora industrial y doctora en Humanidades, Artes Liberales y Ciencias, Estudios Generales y Humanidades.

Ella analiza cómo ha sido la visibilización femenina en el arte, y según dice si bien todas las obras realizadas por un hombre o una mujer tienen la misma importancia, el tema el que de las féminas “han sido invisibilizadas, que son artistas que en general no fueron reconocidas en su época, que se les hizo el trabajomás duro porque era también un espacio muy masculino. No podemos conocer la historia de algo conociendo la mitad de lo sucedido y espacios como los museos, las universidades o los grupos de estudio se preocupan de dar a conocer también el pasado y de esa manera identificar y reconocer la importancia de las mujeres en la historia del arte”, asegura.

Los lugares en que las mujeres pueden desplegar sus habilidades para la gestión cultural son cada vez más vastos. Ejemplo de ello es el Parque Cultural de Valparaíso, cuya dirección ejecutiva está en manos de la gestora y ex seremi de las Culturas, Nélida Pozo.

“Lo relevante de tener mujeres en los cargos de poder es que precisamente esta posición permite la toma de decisiones y esto se traduce en acciones concretas, con una nueva mirada y perspectiva”, sostiene Pozo. Y añade: “En este ámbito, al igual que en otros de la sociedad, lo que ha predominado es la visión machista y patriarcal de la sociedad que invisibiliza las problemáticas y las propuestas de las mujeres”.

Desde su perspectiva, esto tiene que ver con las formas de enfrentar el mundo, ya que la realidad social siempre ha hecho que la vida sea distinta para hombres y mujeres. “Las mujeres hemos enfrentado más barreras en todo sentido, hemos sido vulneradas y violentadas, hemos tenido que cumplir varios roles a la vez y si pensamos también en la tremenda deuda que tenemos con la obra de grandes artistas, es imposible ser mujer y no preguntarse el porqué de nuestra histórica exclusión e intentar cambiar esa realidad”, acota.

“Totalmente insuficiente”

Alejandra Fritis es cineasta y directora de la Corporación y el Festival Ojo de Pescado, el cual nace en respuesta a la ausencia de un certamen dedicado a visibilizar la producción para el público infanto juvenil. Para ella “es importante que las mujeres estemos en puestos directivos en el ámbito cultural, pero eso es totalmente insuficiente”.

¿La razón? “Creo que el arte y la cultura siguen siendo considerados elementos secundarios para el desarrollo humano y social de nuestropaís y, por eso, muchos cargos de responsabilidad en esta área son delegados en mujeres. Se les asignan responsabilidades consideradas menores”.

Para Fritis, el cambio que debería producirse para mejorar esta situación es que la sociedad entienda la cultura como “la forma de los seres humanos para relacionarse y transformar su entorno. Por lo tanto, la cultura contiene a la economía, la educación, la salud, la vivienda, el urbanismo, el medioambiente y, desde ese punto de vista, las mujeres deberíamos estar en la toma de decisiones para orientar los cambios de nuestro país al verdadero desarrollo humano”.

Otra mujer que tiene un cargo relevante en el área es Daniela Bertolini, artista visual y fotógrafa. Dentro de sus obras destaca la instalación “Bertolini Off”, que con elementos electrodomésticos cubiertos por lentejuelas busca ironizar el rol de la mujer en el trabajo doméstico e incentivar la reflexión sobre esa temática. También presentó el video “Con ésta me caso yo”, que evidencia las problemáticas que obstaculizan la igualdad de derechos entre géneros. Actualmente se desarrolla como coordinadora académica de la Escuela de Fotografía de la sede de Viña del Mar del Instituto Profesional Arcos.

“Es importante que haya mujeres no sólo en el ámbito de la cultura, sino en todas las esferas de la vida – políticas, económicas, sociales y culturales- en donde se deban tomar decisiones. Es esencial la paridad de género como derecho humano fundamental de las mujeres, considerando la perpetuada desigualdad de género que ha existido desde hace tiempos inmemoriales, y hoy más que nunca en el contexto socio político que estamos viviendo. Sólo así se podría lograr una sociedad más justa y equilibrada”, sostiene.

Además se tomó el tiempo para reflexionar sobre el lenguaje utilizado para describir a las mujeres que utilizan puestos de liderazgo: “Me cuesta hablar de puestos de poder porque es seguir instalando un lenguaje neoliberal y represivo, que es precisamente el sistema y la forma que nos tiene en una crisis social profunda”.

De y para mujeres

Un evento que ha buscado visibilizar el trabajo femenino, al menos en el ámbito del cine, es el Festival Cine de Mujeres (FEMCine) que este año se realizará del 17 al 22 de marzo, celebrando una década desde su creación.

Antonella Estévez es directora del certamen cuyo equipo principal, además, está compuesto sólo por féminas. “Me parece muy importante que haya mujeres en puestos decisionales en cualquier lugar de poder en el espacio público, porque finalmente somos un mundo que está construido por hombres y por mujeres”, dice, aunque advierte que “las mujeres somos entrenadas en una mirada distinta, en un quehacer distinto que nos permite tener una experiencia distinta del mundo y por lo tanto, poder proveer con un aporte importante y significativo”.

Añade que “cuando tenemos sólo a un grupo específico de personas que desde su experiencia específica toman decisiones, estamos perdiéndonos una gran cantidad de posibilidades de entender y decidir respecto al mundo de manera mucho más compleja”.

Asegura, además, que en cultura eso resulta especialmente significativo, ya que las mujeres están profundamente involucradas en la producción y también han logrado mezclar el conocimiento proveniente de sus comunidades con la técnica de la instrucción formal. “Enriquece la posibilidad de hacer cultura con una conciencia de comunidad en que las mujeres tenemos muchísima más experiencia”, acota.

Pero éstas no son las únicas mujeres que tienen la responsabilidad de llevar la voz de las mujeres a la toma de decisiones en temas de cultura. En la propia región están Macarena Berríos y Pamela Maturana a cargo del Teatro Municipal de Quilpué y del Centro Cultural de Quillota, respectivamente. Además de las cientos de mujeres

que a lo largo del país realizan esta labor como Cecilia García Huidobro del Museo Violeta Parra o Paula Valenzuela en el Museo Antropológico Sebastián Englert de Rapa Nui.